El forfaiting es una modalidad de financiación similar al Factoring, aunque no son exactamente lo mismo. A continuación, explicamos con detalle qué es el forfaiting, cómo debe realizarse correctamente y qué le diferencia del servicio de factoring.
Forfaiting: Definición
El término forfaiting hace referencia a la venta de pagarés u otros documento de pago legales, emitidos por una sociedad, a otra. Veamos un caso práctico real para ententerlo mejor.
Imaginemos que nuestra empresa decide exportar sus artículos a Kenia, puesto que allí hay un comprador que ha solicitado un pedido de varios de nuestros productos. La mayor parte de las empresas que pertenecen a la economía de Kenia están calificadas por las agencias como corporaciones de cierto riesgo, por lo que es conveniente solicitar un pagaré a la empresa que nos va a comprar los productos.
Gracias a esta promesa de pago, nuestra empresa puede acudir a una entidad financiera a la que ceder este pagaré y así contar con liquidez inmediata. Además, nuestra empresa podrá olvidarse de los posibles riesgos de morosidad de la empresa de Kenia.
Diferencias entre forfaiting y factoring
Con el factoring, la empresa puede ceder las facturas con recurso, de manera que el cedente (empresa a la que se le emite un pagaré) se convierte en el responsable de reclamar el pago, en el caso de que el cliente no abone la factura en la fecha y forma indicadas.
Sin embargo, en el forfaiting, al tratarse de operaciones con mayor riesgo, las empresas ceden de forma completa la gestión posterior del cobro. Por tanto, sería el factor (entidad financiera a la que se cede el pagaré) el responsable de reclamar los posibles impagos del mismo, tal y como sucede en el factoring sin recurso.
Otra de las diferencias entre ambos términos está relacionada con el número de títulos que se ceden. Mientras que en el forfaiting se ceden pagarés o documentos de pago aceptados legalmente, en el caso del factoring, se produce una cesión de facturas emitidas, entendidas estas como una prueba de que se ha realizado el servicio o se ha vendido el bien. En un proceso habitual de factoring se pueden ceder multitud de facturas, y de carácter mensual, en función del volumen de facturación y la forma en que se cobra a los clientes.
Por lo que se puede concluir que, el número de efectos cedidos en el factoring es mucho mayor que en el forfaiting. La otra diferencia sería el tiempo de cobro. En el factoring la promesa de cobro suele extenderse entre 90 o 120 días como máximo. Plazos que, en realidad, son excesivos en sí mismos, puesto que están fuera de la Ley. Sin embargo, son socialmente aceptados tanto por clientes como proveedores. Mientras que en el caso del forfaiting, los pagarés emitidos y las fechas de cobro pueden extenderse años.
Artículo fuente