//
Yo no sé si muchos de vosotros estaríais dispuestos a donar vuestra sangre a cambio de dinero. Supongo que las estrecheces económicas de la mayoría nos conducirían a pensar que efectivamente, podría ser una solución para garantizar un ingreso extra en nuestras maltrechas finanzas. Pero no nos debemos dejar engañar. ¿Realmente a este señor Grifols le interesan los desempleados en España? ¿o lo que le interesa es aumentar los ceros que tiene en su cuenta bancaria?
Lo decimos porque ya estamos acostumbrados a que supuestas acciones benéficas para aquellos que buscan trabajo, y que se cuentan por millones en España, sean la coartada perfecta para implantar la filosofía del “todo vale”.
Los empresarios norteamericanos son especialistas, al parecer, en ello. Tenemos a un señor que quiere aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid, para implantar Eurovegas, un centro de juego que podría generar miles de puestos de trabajo. Con la golosina de generar empleo que tanta falta nos hace en España, este buen hombre sólo pide saltarse a la torera cualquier ley de nuestro país, es decir, ni quiere pagar impuestos, ni que se le apliquen las leyes laborales españolas, ni respetar siquiera la ley antitabaco.
Ahora nos llega otro iluminatis, que parece sacado de la famosa pelícua “Bienvenido, Mr Marshall”, para evidenciar “lo tontos que somos” al no permitir que la gente cobre por dejar su sangre, un acto que aquí siempre se ha entendido como un gesto altruista y de solidaridad hacia otros seres humanos.
No voy a entrar en si sería una buena solución esta propuesta, tampoco voy a entrar en el debate sobre Eurovegas, lo único que digo es que algunos pretenden aprovecharse de la desesperación de un país para hacer negocio, para aumentar sus acadalaudas fortunas. Y eso tiene que tener un límite porque empezaríamos por la donación de sangre a cambio de dinero pero ¿quién nos dice que lo próximo sería la posibilidad de donar un riñón por la misma razón?
Ya sabemos que la desesperación es muy mala y muchos estáis instalados en ella. En esas circunstancias, es relativamente fácil tentarnos para casi cualquier cosa. Lo lamentable es que nos llevan a un mundo en el que los individuos somos meras mercancias con las que se puede traficar. Un mundo, en definitiva, menos humano y más mercantil.
Precisamente es esa una de las batallas que se está librando en esta crisis. Está claro que el mundo no será igual tras estos años. Ahora sólo falta saber si nos encaminamos hacia la deshumanización que pronosticaba Orwell, o se produce un movimiento contrario que vuelva a poner en valor la importancia de las personas frente a los asuntos materiales. ¿Quién ganará la batalla? Esperemos que los buenos pero no estoy demasiado convencido de que vaya a ser así.
Fdo. Javier PeñaPeriodista
Puedes seguir a Portalparados en Facebook, Twitter y Linkedin